Barcelona - Madrid 2017 Cierre


Cierre


Ya han pasado mas de 7 días desde que acabara mi ruta a Madrid. Poco a poco me vuelve a salir el pelo en brazo, piernas, etc. Y los restos de picadura de los tábanos ya van desapareciendo. Me han estado picando 5 días!.Este año no he tenido agujetas ni molestias a pesar de todo el sufrimiento. Será que no me he esforzado lo suficiente!!


El Domingo pasado, al día siguiente de llegar a Madrid me recorrí con mi madre el tramo donde perdí la alforja sin éxito. Hablamos con ciclistas y con el Ayuntamiento sin éxito. Era la alforja que contenía menos cosas de valor pero da rabia.


Después de pasar un día en Madrid me fui con Naiara y Paula a pasar unos días de relax a Malaga y no ha sido hasta ahora que me he sentado a hacer una crónica de conclusión del viaje.


A lo largo de estos 8 días de travesía me ha gustado ver paisajes y parajes por donde ha pasado poca gente. Te da la sensación real de aventurero!. Me ha gustado pasar por todos aquellos pueblos en algunas de las zonas más deshabitadas de toda Europa. Ver esa vida rural lejos de los focos turísticos. Sentir la calma. Sentir su paz. Me ha gustado percibir que la vida de las ciudades es muy práctica pero no me parece sana para el alma. Veo todo el sentido del cambio de mis amigos Jose Luis y Cristinas de dejar Barcelona por un pueblo de Alicante.


Me han gustado los paisajes que he visto: Las viñas del Penedes, Priorat. Los monasterios cistercienses, El pueblo de Prades y su bajada por pinares hasta los acantilados en Siurana. Los bosques frondosos de pinos y sus carreteras serpenteantes. El pueblo de Calaceite y Mazaleon con sus colinas menos abruptas. La visita de los Muntaner los campos dorados y olivos de Alcañiz, la cena en casa de la hermana de Toni. Las minas de carbón, las carreteras solitarias de Teruel. Pasar por Cucalon, los campos de girasol y las albóndigas de Cubillejo de la Sierra. Molina de Aragon y mojarme los pies en el rio Tajo. La Ermita de la Virgen de la hoz y los bosques de pinos en el Alto Tajo. Gabino y la resina de Ablanque y las colinas y campos redondeados de Guadalajara.

Me ha gustado el equipaje que seleccioné. Fue justo lo que necesitaba, tan solo me faltó incluir vaselina y antimosquitos.


Si que he echado de menos tener compañía. El Camino de Santiago en 2014 lo inicié solo pero había muchos peregrinos con los que te ibas cruzando que te hacían sentir acompañado. Siempre había alguien con quien hablar. En 2015 hice la ruta con Juanfran. Este año haciendo la ruta solo se ha echado de menos poder compartir alegrías y sufrimiento. Esta claro que viajar solo tiene mas riesgos.. y lo vivimos en la segunda y última etapa. Una frase que capturé de un club ciclista italiano decía: " Mientras pedalear en solitario es cansado, pedalear en compañía es pura diversión". Esta experiencia lo ha puesto de manifiesto.


Salir en ruta para mi es como las dietas purificadoras. Consigo desconectar realmente del mundanal ruido. Hay que coger las bicicletas. Hay que salir a la montaña. Sin silencio no puedes darte cuenta de que vivimos taladrados por ruido. Ruido sonoro y ruido mediático que no nos deja pensar sobre nuestras vidas.

Pues nada chicos. Con este último post doy por cerrada esta aventurilla. Ya he recibido varios mensajes de que alguno de vosotros se quiere unir a la Tribu de ciclistas ruteros el año que viene. Allí estaremos.


Abrazos. Manu

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